Autoengañarse

Autoengaño

¿Por qué caigo sin querer hacerlo?


Autoengaño: Las promesas fallidas

Cuando una persona decide que no va a consumir más, ¿cómo es posible que vuelva a caer de nuevo? ¿Ocurren las recaídas por accidente? ¿Hay señales de alarma y formas de evitar la recaída? Justificar la recaída es un proceso mental. Una persona puede haber decidido dejar de consumir pero su cerebro está aún sensibilizado, por lo que aún tiene la necesidad del consumo. El cerebro adicto se inventa excusas que permiten a esta persona en proceso de recuperación ponerse lo suficientemente cerca de situaciones de recaída como para que ocurra algún accidente.

Se autoengaña. ¿Puedes recordar alguna vez que estabas abstinente y que te inventaste alguna forma de justificar el consumo? En estas situaciones, antes de que te des cuenta ya has vuelvo a consumir.
“Simplemente decir NO” es un buen consejo para que una persona que nunca ha consumido no pruebe las drogas. Pero no es de mucha ayuda para aquellos que ya tienen una adicción. Superar la dependencia a sustancias requiere reconocer su enorme poder, y aceptar las limitaciones personales que conlleva. Mucha gente acepta la carga que la dependencia les supone cuando comienzan el tratamiento. Iniciar el tratamiento es el primer acto de aceptación, pero no puede ser el único. La recuperación es un proceso continuado de aceptación de que la dependencia de sustancias es más poderosa que uno mismo.
Aceptar el poder que la dependencia tiene sobre ti significa aceptar que los seres humanos tenemos limitaciones. Negarse a aceptar que el trastorno de adicción es uno de los mayores problemas para que permanezcas abstinente sería un gran error. Esta negativa de aceptación implica una falta de entrega total al tratamiento.
Puedes hacer intentos para lograr la abstinencia desesperadamente, aislándote y negándote a aceptar la ayuda de otros. Admitir que tienes un problema y buscar ayuda no es un signo de debilidad. ¿Si buscaras tratamiento para la diabetes, o para un problema de corazón, se vería acaso como si tuvieras poca fuerza de voluntad?
Aceptar la idea de que tienes un trastorno de adicción a una sustancia no significa que no puedas controlar tu vida. Significa que hay algunas cosas que no puedes gestionar bien todavía, y una de ellas es el consumo. Si continúas luchando para “recuperar el control” sobre este trastorno terminarás perdiendo aún más fortaleza.

Para reflexionar

Hay una paradoja en el proceso de recuperación: La gente que acepta con mayor grado la realidad de la dependencia de sustancias o comportamientos adictivos es quien se beneficia más. Aquellos que no luchan contra la idea de que tienen de hecho un trastorno de adicción son quienes tienen mejores resultados de recuperación. La única forma de ganar esta guerra es rendirse. La única forma de tener éxito en la recuperación —y de retomar el control del problema— es admitir que en realidad es el problema quien te controla a ti. Recuperarse significa vivir de forma responsable. Actuar siempre de forma inteligente y estar constantemente en guardia contra la recaída puede ser agotador. Es fácil perder energía, cansarse y amargarse. La vida puede convertirse en un ciclo rutinario: levantarse, ir a trabajar, tumbarse en el sillón, irse a la cama, y hacer lo mismo al día siguiente. La gente en recuperación que se permite caer en este estado de aburrimiento es muy vulnerable a la recaída. Pero igualmente todo lo contrario: vivir con mucha estimulación también es un riesgo. Es difícil resistirse a los disparadores y a la justificación de la recaída cuando tu nivel de energía es tan bajo.

Ejemplo de una estupenda recuperación es Carmen Campuzano, de México

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